La ciencia lleva años investigando sobre el Punto G. Su origen se encuentra en el ginecólogo alemán Gräfemberg, de ahí el nombre, que en los años 50,  fue el primer experto en profundizar sobre el tema. Desde entonces se ha hablado mucho sobre su existencia y el interés por descubrirlo hace que sea la pregunta más realizada en Google en los últimos tiempos relacionada con  temas sexuales.

Que existe, no cabe duda, pero los estudios principales se centran en descubrir si se trata de una estructura anatómica real o tan solo es una zona de la vagina con una sensibilidad distinta al resto. Se ha descubierto que independientemente de lo que se trate, estimularlo produce orgasmos intensos y de distintas características a los convencionales.

De ahí que exista,  tanto por los hombres, para proporcionar mayor placer a sus parejas, como por  las mujeres, para sentirlos, una tremenda curiosidad e interés en descubrir donde se encuentra y como estimularlo.

Los estudios demuestran que su existencia es real, pero que no todas las mujeres lo poseen, tan solo un 60% de ellas son afortunadas. La característica principal de los orgasmos producidos por su estimulación se centran en la eyaculación femenina. Muchas de las mujeres investigadas lo describen como “una sensación de hacer pipi” en el momento del clímax.

Pero vamos a lo importante, ¿dónde se encuentra? Aqui es donde los estudios divergen. Los más numerosos lo sitúan en la pared frontal de la vagina, a  unos 5 u 8 centímetros de su entrada. Pero esta posición puede variar entre una mujer y otra. Así que según los expertos, la mejor forma de localizarlo es la exploración. Consiste en introducir el dedo en la vagina e intentar localizar una zona en la pared frontal, entre la entrada y el cuello del útero, que sea más rugosa que el resto colocando el dedo hacia arriba. El momento en el que será más fácil localizarlo son los de excitación o tras el orgasmo.

Una vez localizado se puede estimular tanto  manualmente como buscando posiciones que hagan que la curvatura natural del pene impacte directamente en esa zona.

Pero lo más importante de esto es no obsesionarse. Descubrirlo puede ser divertido pero la obsesión no es un buen aliado de las relaciones sexuales. Relajarse y disfrutar del momento es lo más adecuado. Disfrutar de lo que surja, no todos los momentos son iguales, pero si en todos se puede encontrar la diversión y el placer.

Así que ya sabes, investigar para mejorar, sí, olvidarnos del resto, nunca.

¡Diviértete! ¡Ponte ON!