¿Te has preguntado alguna vez cuáles son los complejos o inseguridades sexuales más habituales en hombres y mujeres? Existen distintos complejos sexuales que no nos permiten disfrutar al máximo de nuestra sexualidad y que tienen que ver con el físico, con momentos traumáticos, con la autoestima de cada uno, con la cultura… ¡A continuación te explicamos los más comunes!

  1. El “gatillazo”: o el miedo a no poder alcanzar una erección. La ansiedad anticipatoria y la autoexigencia son dos de los factores esenciales en este problema, así que intenta no precipitarte, relajarte y dejar que todo fluya. Si el problema persiste, que no te dé vergüenza acudir a la consulta de un especialista.
  2. El tamaño del pene: muchos hombres se sienten inseguros debido al tamaño de su pene, lo que causa gran ansiedad y preocupación. Pero, recuerda que para disfrutar al máximo en la cama el tamaño del pene no es lo principal… Las caricias, los besos, las posturas… ¡Saca el máximo partido al resto de tus virtudes!
  3. El aspecto físico: estar gordo/a, tener los pechos pequeños, tener mucho “culete”… son otros de los complejos más habituales. Recuerda que el físico no es todo y que debemos aprender a amarnos y respetarnos tal cual somos.
  4. La incapacidad de llegar al orgasmo: este complejo puede convertirse en una obsesión. ¿Posibles soluciones? Explorarte, conocerte, autoestimularte, relajarte y, sobre todo, ¡olvidarte de la obsesión por llegar al orgasmo! Si pasa el tiempo y sigues sin tener ningún orgasmo, no dudes en buscar la ayuda de un profesional.
  5. La destreza sexual: por ejemplo, si lo que haces le está gustando a tu pareja, si vas a durar lo suficiente, si “estás dando la talla”… Simplemente, ¡olvídate de todo y déjate llevar bajo las sábanas! ¡Ya verás cómo es mucho mejor!

Hoy en día, parece que la sociedad exige un determinado rendimiento en la cama, lo que puede producir una gran presión psicológica que lleva a desarrollar un complejo. Recuerda que las relaciones sexuales son para dejar de preocuparnos y para disfrutarlas, así que cuando te metas dentro de las sábanas ¡deja fuera los complejos! ¡No permitas que destruyan tu seguridad en ti mismo/a ni que minen tu autoestima!