No es una pregunta sencilla ni tiene una fácil respuesta. Lo que está claro es que la decisión de tenerlos se debe tomar en base a una decisión conjunta por un fin común, nunca como un medio para nada. Algunas parejas deciden erróneamente tener hijos como medio para mejorar sus relaciones personales y nada más lejos de la realidad.
Tener hijos implica muchas ventajas pero para superar los problemas que irán surgiendo es imprescindible que la relación de pareja este formada por una estructura a prueba de bomba. Si esta relación esta resquebrajada, la grieta sin lugar a dudas se hará mayor.
Teniendo claro que el tener hijos es un fin y no un medio de nada os proponemos una serie de claves a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión más importante de vuestras vidas, como es la de traer a un nuevo miembro a la familia.
- Un hijo te cambia la vida: Nada alterará más tu ritmo de vida que tener hijos. La cuestión es si la balanza de lo positivo y lo negativo se inclina hacia el lado que te interesa. Los hijos aportan al ser humano un enriquecimiento personal insuperable. Tenemos que convertirnos en los guías de unas personas que van a vernos como superhéroes y nos van a llenar de un afecto incondicional como nadie lo habrá hecho, pero a cambio tendremos que sacrificar ciertos aspectos de nuestra vida a los que muchas personas no están dispuestos.
- Van a requerir interés y esfuerzo por parte de ambos. No sirve de nada si uno está dispuesto a dar más que el otro. Ambos deberéis implicaros al 50% porque si esto no ocurre aparecerán los primeros conflictos.
- Apoyo continuo en la resolución de conflictos. El tema de la educación de los hijos es sin duda el que más problemas genera en la pareja. Tener ideas distintas en cuanto a la gestión de las normas implica una merma tanto en la educación en si como en las relaciones personales. Tendréis que hablar entre vosotros y consensuar las decisiones, nunca discutirlas delante de ellos. Utilizar la empatía y el dialogo entre vosotros favorecerá tanto a vuestros hijos como a vuestra propia relación.
- Nunca dejéis de ser pareja. Es normal cuando se tienen hijos centrarse en ellos, dedicarles el máximo tiempo posible, pero a veces de este modo nos olvidamos de nosotros mismos. Tener en cuenta que sois los capitanes del barco y si no estáis bien éste se hunde. Buscar momentos para vosotros, para disfrutar juntos, para hablar de vuestras cosas, sin remordimiento, y enfocarlo a que cuidando vuestra relación los mayores beneficiados siempre serán vuestros hijos.
- Compaginad vida familiar y laboral. Es un aspecto importante a la hora de tomar una decisión. Desgraciadamente la conciliación familiar no está muy arraigada en ciertos sectores y por tanto la llegada de un hijo a la familia puede alterar gravemente la situación laboral. También hay que tener en cuenta que los gastos familiares van a aumentar por lo que es importante disponer de una situación económica que nos permita seguir disfrutando sin apuros.
Son muchas las opciones a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión, pero como todo en la vida, una vez meditada y valorada seguro que será la correcta. Tener o no tenerlos es igual de positivo para quien lo decide sopesando todas las opciones. Tan solo se equivoca quien los tiene como medio para algo.
Y, mientras decides, ponte preservativo. ¡Ponte ON!