La pareja perfecta solo existe en los cuentos. Todas las parejas de una manera u otra tienen dificultades en algún aspecto de su vida. Y eso no es malo, lo importante es que la balanza esté siempre inclinada hacia el lado positivo. Por supuesto, tenemos que intentar solucionar o reducir los conflictos y el paso principal para ello, es saber reconocerlos. Te proponemos que sigas leyendo este artículo e identifiques cual es el que más se acerca al vuestro e intentar ponerle solución. La supervivencia de una pareja consiste en mantenerla viva constantemente, en luchar día a día por conservarla en el mejor estado.
¡No cometas el error de dejarlos pasar!, nunca se solucionan solos. Poner remedios tempranos favorece la convivencia. He aquí los problemas más frecuentes:
- Pensamientos negativos: Consiste en presuponer en el otro lecturas de su comportamiento que no son reales. La decodificación de los mensajes que percibimos diariamente no es muchas veces la auténtica. Depende de nuestro estado de ánimo, de nuestra autoestima, de las circunstancias… Para ello lo mejor es preguntar claramente nuestras dudas, no presuponer nada de antemano, aprovechar la confianza para acercarnos a la realidad y no a nuestras imaginaciones.
- Las tareas domésticas: Este es uno de los principales conflictos. No se trata de quien trabaja más o menos, de quien sabe mejor hacer las cosas, ni de quien esta más cansado. Lo ideal consiste en dividir las tareas de la casa y rotarlas cada cierto tiempo para que nadie se canse e implicar de forma justa y solidaria a todos los miembros de la casa.
- La familia política: Es otra de las grandes fuentes de conflicto. Nunca caeremos bien a todo el mundo ni todo el mundo nos va a agradar a nosotros. Tu pareja es lo importante, relativiza tus incomodidades, olvida lo que no merezca la pena, y piensa siempre que a esas personas, tu pareja las quiere como tú a las tuyas. Tampoco intentes siempre defender a tu familia ante todo. Empatiza y comprende que le hace a tu pareja sentirse así. No se trata de ganar sino de comprender la postura de todos.
- Los celos: Como todo en su justa medida puede ser hasta gratificante. El hecho de que a tu pareja no le agrade verte con algún “competidor” puede ser positivo en cuanto a percibir que le importas, pero cuando pasa a ser controlador, asfixiante e insoportable, estamos hablando de un comportamiento patológico y altamente destructivo. Tiene mucho que ver con la inseguridad. Tratar de hacerle entender al otro que no tiene por qué temer puede arreglarlo pero en ocasiones es tan intensa que requiere ayuda profesional. No dudes un momento en ponerle solución, porque suele derivar en otros problemas de mas gravedad si no se trata a tiempo.
- Insatisfacción sexual: La falta de comunicación es la causa fundamental de este problema. Desear algo que no tienes, que no te guste algo que practicas… todo se soluciona hablando con tu pareja e indicándole tus preferencias. Adaptarse el uno al otro no es difícil. En los casos en los que no es posible llegar a un acuerdo, siempre se puede recurrir a la ayuda de un profesional que os ayudara a disfrutar de una vida sexual plena para ambos.
Son muchos y variados los problemas que pueden surgir en una pareja. Pero las claves para mantener una relación son la comunicación y la empatía. Basándote en estos conceptos las dificultades se sobrellevan más fácilmente. Recurre a un profesional siempre que no seas capaz de solucionarlo. Todo consiste en las ganas de conservar lo que tienes.
Y ya sabes, ¡ponte ON!