Estudios recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), revelan que cada año se infectan 448 millones de personas en todo el mundo de cuatro enfermedades sexuales curables (clamidia, sífilis, gonorrea y tricomoniasis).
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), causada por una bacteria que sigue cobrando vidas en todo el mundo. Es una enfermedad infecciosa prevenible, reversible y curable con un adecuado tratamiento médico en sus primeras etapas, con el riesgo de confundirse con otros problemas de salud en su siguiente fases, por este motivo, se conoce como “la gran simuladora”.
Según los últimos datos del Boletín Epidemiológico Semanal del Ministerio de Sanidad de España, en 2012 se dieron un total de 2.662 casos acumulados y en 2013 se acumularon 3.551. ¿Qué pasará durante este año?, lo importante, nunca bajar la guardia.
La sífilis pasa de una persona a otra a través del contacto directo con una úlcera sifilítica. Las úlceras aparecen principalmente en los genitales externos; la vagina, el ano o el recto. También pueden salir en los labios y en la boca. La sífilis puede ser transmitida durante relaciones sexuales vaginales, anales o durante el sexo oral. Las mujeres embarazadas con esta enfermedad pueden pasársela a sus futuros bebés.
La primera etapa de la sífilis se llama sífilis primaria y por lo general se produce entre 10 días y 3 meses después de la exposición. En los hombres, el primer signo de sífilis podría ser una llaga en el pene. En las mujeres, el primer signo podría ser una llaga en la zona alrededor de la vagina o en el interior de esta.
El problema radica en que probablemente la persona infectada ni siquiera se dé cuenta de que tiene una llaga, porque, por lo general, las llagas de la sífilis no duelen. Las llagas desaparecen después de 3 a 6 semanas.
Si no se trata la sífilis de forma temprana, se propaga de la llaga a la sangre. Cuando la sífilis ingresa en la sangre, puede avanzar a la etapa secundaria y provocar muchos problemas. El signo más común es un sarpullido. Por lo general, el sarpullido es marrón rojizo y puede presentarse en cualquier lugar del cuerpo. El sarpullido aparece de 2 a 10 semanas después de la aparición de las llagas. Otros signos de sífilis secundaria incluyen fiebre, ganglios linfáticos hinchados, dolor de garganta, dolores por todo el cuerpo, llagas en la boca y fatiga.
Después de recuperarse de una etapa secundaria de sífilis, la enfermedad puede pasar a la etapa latente. Esta etapa no produce ningún síntoma, pero la infección todavía está presente en el cuerpo. Después de muchos años, las personas que tienen sífilis y no reciben tratamiento pueden desarrollar la cuarta etapa de la sífilis, que se llama sífilis terciaria. Esta etapa puede provocar problemas en el cerebro y en la médula espinal. La sífilis terciaria podría causar daños en el corazón y también en otros órganos.
Algunas personas con sífilis no tienen ningún signo de infección. En otras personas, los signos podrían ser muy leves. Incluso es posible que no sepan que tienen sífilis. Pero incluso si no tienen signos o si estos desaparecen por sí solos, la infección todavía está viva y puede provocar problemas de salud graves muchos años después.
Un análisis de sangre es la manera más común para determinar si una persona tiene sífilis. Poco después de la infección, el cuerpo produce anticuerpos contra la sífilis que pueden ser detectados mediante una prueba de sangre segura, precisa y económica. Esta afección es fácil de curar con antibióticos adecuados que recete un médico. El tratamiento matará la bacteria que causa la sífilis y evitará daños en el futuro, pero no remediará los daños ya ocasionados.
El uso constante y correcto de preservativos de látex puede reducir el riesgo de sífilis cuando la úlcera o el sitio de posible exposición está cubierto, aunque es mejor abstenerse de tener relaciones sexuales cuando una úlcera esté presente en el área genital, anal u oral. El contacto con una úlcera fuera del área cubierta por el condón de látex puede aún causar infección.