Como ya hemos comentado en otros artículos, la seguridad en uno mismo y la autoestima son factores primordiales para disfrutar con plenitud de las relaciones sexuales.
Desgraciadamente, muchas personas tienen complejos que merman su seguridad. Este tipo de inseguridades a veces provienen de la infancia o adolescencia. Otras veces es la propia pareja la que merma con sus comentarios o actitudes la seguridad del otro. Y, en otras ocasiones, es el contexto sociocultural lo que hace que una persona se abra al otro sin tabúes.
De cualquier modo, cada persona es un mundo y aunque existen algunas diferencias entre los hombres y las mujeres, todos estos complejos hacen a cada individuo auto observarse de manera obsesiva, no dejándose llevar, con lo que la relación sexual no fluye y deja de ser divertida.
La pornografía y su facilidad de acceso también han hecho algo de daño. Vista de una manera lúdica y consciente en todo momento de que es pura ficción, no causa ningún problema. Es más, puede ser parte positiva del juego en las relaciones sexuales. Pero los que intentan emular o compararse con los personajes de ficción que aparecen en este tipo de películas, están abocados al fracaso y al complejo personal. Sobre todo la facilidad de acceso hace que individuos con poca experiencia y madurez sexual equivoquen su percepción de las relaciones.
Entre los hombres los complejos más comunes tienen en su mayoría que ver con el físico.
- El tamaño del miembro: “Dar la talla” es una de las principales obsesiones.
- El aspecto físico: Tener un peso correcto, la musculatura y demás factores estéticos les influye de manera importante en su autoestima personal y por lo tanto en su seguridad.
- Rendimiento sexual: El miedo al “gatillazo” hace que en muchos hombres sin problema físico ninguno a la hora de alcanzar una erección, les influya de tal manera que llegan a bloquearse, dificultando la erección, la duración o el mantenimiento de la misma.
En las mujeres el aspecto físico es también es el factor primordial. La falta de confianza hace que muchas de ellas no se dejen llevar y no consigan, dado que no se relajan y disfrutan, el orgasmo.
- El tamaño del pecho: Resultar atractiva a la pareja es la primera preocupación. Muchas mujeres creen que el tamaño del pecho puede influir.
- La tripa y el sobrepeso: Es el segundo aspecto físico que más influye en las mujeres. Las limitaciones posturales de algunas de ellas para ocultarlo hacen imposible la relación de una manera libre.
Pero si algo hay que tener claro es que somos lo que mostramos. A todos os habrá ocurrido en algún momento que personas que son estéticamente bellas no os resultan atractivas y sin embargo otras que no son tan perfectas os atraen en gran medida sin saber por qué.
Somos lo que mostramos, y cuando uno se quiere a sí mismo, lo proyecta a los demás. Hay que sacar los complejos que tan solo os limitan. Y recuerda que el órgano sexual más importante es el cerebro.
¡Olvídate de lo negativo y disfruta de lo positivo! ¡Ponte ON!