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¿A quién no le han enseñado que los cinco sentidos son vista, oído, olfato, gusto y tacto? Pero… ¿a alguien le han hablado de nuestros cinco sentidos de la sexualidad? Estos forman parte de nuestro mecanismo fisiológico de percepción, y cada uno de ellos reacciona a ciertos estímulos que nos permiten relacionarnos con nuestra sexualidad.

La mente: el poder de nuestra imaginación es uno de nuestros sentidos más importantes. Pero, ¿cómo funciona? ¡Muy fácil! Para activarla, podemos utilizar fantasías, las cuales podemos construir de cero o utilizar recuerdos y experiencias ya vividas. Podemos utilizar todo aquello que nos ayude a potenciar nuestra imaginación. Recuerda: el órgano sexual más importante es la mente.

Las emociones: el lado emocional de la sexualidad es fundamental, pues determina nuestro grado de satisfacción. Aquí entra en juego, por ejemplo, uno de nuestros sentidos tradicionales, el tacto: el tocar y acariciar a tu pareja es fundamental para establecer vínculos emocionales y tener una sexualidad de matrícula de honor. Una buena comunicación también puede despertar en nosotros emociones que mejoren nuestro vínculo emocional.

La atención: poner atención en cada momento, en cada caricias, en cada beso… El contacto, mirar, escuchar, sentir… son elementos necesarios para ayudar a nuestra mente a centrarse en el aquí y el ahora.

El cuerpo: Estar tranquilo y relajado nos ayudará a distender nuestro cuerpo, permitiendo que este pueda estar más receptivo y perceptivo a los estímulos que se reciben. Esto también nos permitirá potenciar los demás sentidos.

La situación: crear un ambiente adecuado es mucho más que necesario. No es necesario que sea un ambiente de película, tan solo un ambiente agradable e íntimo en el que tu pareja y tú os sintáis lo más cómodos posible. Velas, música, flores… ¡Todo vale!

La capacidad de dar y recibir placer convierte al sexo en todo un arte. Por eso, conocer nuestra sexualidad en sus cinco sentidos puede ayudarnos a lograr una mejor conexión con nosotros mismos y con nuestra pareja, lo que nos ayudará, a su vez, a tener unas relaciones sexuales más satisfactorias. Potencia tus cinco sentidos y disfruta más de tu intimidad. ¿Puedes? ¡Te lo ponemos de deberes!

Y recuerda… ¡SIEMPRE CON PROTECCIÓN, SIEMPRE CON CONDÓN!

Nada de disfraces, ni de caramelos, ni de pasar frío en la calle… Con Halloween a la vuelta de la esquina, te proponemos que este año os reunáis los amigos para compartir la cena más terrorífica del año. ¿Cómo? ¡Muy fácil! Cada uno tiene que encargarse de elaborar un plato temático para llenar la mesa de comida con pinta de terror. ¡Aquí algunos de nuestros preferidos!

Sándwiches funerarios

Para los más perezosos en la cocina… Prepara sándwiches de los sabores que más te gusten, córtalos en forma de ataúd y con la salsa que prefieras escribe «R.I.P.» sobre ellos.  Ponlos sobre una base de lechuga para adornar el plato y que parezca hierba. ¡Facilísimo!

Escobas de bruja

Lo único que necesitarás son palitos salados largos, queso y cebollino para decorar y sujetar el queso. Tienes que cortar el queso en tiras finas y luego poner el palito en el medio, apretar el queso tierno al palito salado y sujetarlo haciendo un lazo con el cebollino. ¡Fácil y muuuuy original!

Calabazas de pizza

¡Otra receta igual de fácil que la anterior! Corta la masa de pizza en forma de pequeñas calabazas, ponte tus ingredientes preferidos y al horno. Tan solo hay que tener a mano un cortador en forma de calabaza, ¡el resto es facilísimo!

Dedos de muerto

Solo necesitas hojaldre, queso de untar (Philadelphia, por ejemplo), salchichas de Frankfurt, cebolla caramelizada, aceitunas y ketchup.

Con un rodillo, aplana el hojaldre. Córtalo en cuadrados. Unta cada uno, pon queso y un poco de cebolla caramelizada y una salchicha. Envuelve el hojaldre haciendo la forma de un dedo, pinza un extremo y pega una aceituna recortada en forma de uña. Hornéalos durante unos 10 minutos, haz una «sangría» de ketchup por encima y… ¡Para chuparse los dedos!

Ojos sanguinolentos

O lo que es lo mismo… Huevos rellenos colocados boca abajo y decorados con aceitunas haciendo la forma de un ojo (un trozo de aceituna verde y encima un trozo más pequeño de aceituna negra). ¡Que no se te olvide rociarlos con muuuuucha «sangre»!

Murciélagos de queso

Se coge un queso de tipo Philadelphia y se forman con él unas bolas del tamaño de albóndigas. Se pasan las bolas por un crocanti de almendras hasta que queden bien cubiertas, les hacemos los ojos con dos granos de pimienta negra y las rematamos con dos Doritos como si fueran las alas. ¡Ya tenemos listos los murciélagos!

Fantasmas de empanadilla

Haz la forma de un fantasma con papel de aluminio para que te sirva como molde (como un dedal grande con la base plana). Coloca sobre estos moldes la masa de hojaldre como caiga, dejando que tenga algún pliegue. Hornea estos fantasmas y, cuando estén frío, desmóldalos y rellénalos con jamón serrano picado muy pequeño y queso crema. Con ayuda de un palillo, dibújales los ojos con ketchup.

Tarta de telaraña

¡No podía faltar el postre! Os llevará un poquito más de tiempo…

Ingredientes:

• 120 g de azúcar
• 150 g de chocolate fondant
• 300 g de galletas de chocolate
• 160 g de mantequilla
• 400 g de queso para untar
• 20 cl de nata para montar
• 1 sobre de cuajada en polvo

Lo primero que hay que hacer es triturar las galletas y ponerlas en un bol junto con 50 g de azúcar y 150 g de mantequilla a temperatura ambiente. Mezclar todo bien hasta obtener una mezcla homogénea de apariencia arenosa y reservarlo en la nevera.

Después, hay que poner un cazo al fuego con 10 cl de nata para montar. Cuando empiece a hervir, hay que retirarlo del fuego y añadir el chocolate partido en trozos. Remover hasta que el chocolate se disuelva en la nata. Hay que reservar unas 5 cucharadas de la mezcla en un vaso y añadir el resto de la mezcla a las galletas que están en la nevera. Poner la mezcla de galletas en un molde de paredes altas previamente engrasado con mantequilla.

A continuación, hay que poner en un cazo al fuego la nata restante (los otros 10 cl) con los polvos de cuajada. En otro cuenco se pone el queso y 70 g de azúcar, se pasa por la batidora, se añade al cazo con la nata y se mezcla bien. Ahora solo falta terminar de rellenar el molde con las galletas con la mezcla que hemos preparado y dejarlo reposar en la nevera hasta que cuaje.

Sírvelo decorando con manga pastelera imitando una telaraña. ¡Riquísimo!

Cementerio de chocolate

Opción B de postre si la tarta de telaraña te parece muy laboriosa. Solo necesitas 1 frasco de crema pastelera blanca, 1 paquete de galletas de chocolate con crema (trituradas) 1 bizcocho de chocolate, todas las galletas que quieras.

Para prepararlo tan solo tienes que cubrir el bizcocho de chocolate con la crema pastelera, espolvorear las galletas trituradas y clavar tantas galletas como quieras imitando las lápidas de un cementerio. ¡El cementerio nunca había sido tan dulce!

Galletas murciélago

Y, ¡opción C para el postre! Si a tus amigos les encantan las galletas, ¡no dudes en preparar esta receta de Halloween! Coge un paquete de galletas (redondas) y sumérgelas en chocolate derretido. Antes de que el chocolate se seque, pega unas grageas a modo de ojos y unas pequeñas alas de murciélago de cartulina negra. ¡Fácil y divertido!

Y para beber… «Sangre de muerto» o «pis de bruja». ¿Qué será…?

Telarañas, sangre, muertos, tumbas, partes del cuerpo… ¡A darle al coco!

Aunque el momento de ponerse en bañador y lucir palmito ya ha pasado, vamos a intentar mantener esa operación bikini todo el año. Cuando pensamos en hacer ejercicio nuestra primera idea es en apuntarnos a un gimnasio, sin embargo, nosotros te proponemos una opción mucho más cómoda y económica: entrenar en casa.

Como sabemos que es difícil entrenar al lado del sofá, la tele y la nevera, vamos a proponerte una sencilla rutina que te quitará muy poco tiempo. Además, todos estos ejercicios puedes realizarlos en cualquier parte, ya sea en un hotel de vacaciones o en el parque de enfrente.

¿Qué necesitas? ¡Muy fácil! Un poco de fuerza de voluntad, otro poquito de constancia, un espacio suficientemente amplio, una esterilla y ropa cómoda.

Tabla de ejercicios:

Sentadillas (3 series / 10 repeticiones)

Ponte de pie con los pies en línea recta respecto a tus hombros y baja tu cadera como si fueras a sentarte en una silla. ¡Importante! Al doblar las rodillas los muslos deben llegar a estar paralelos al suelo.

Flexiones (3 series / 12 repeticiones)

Apoya las manos en el suelo separadas la anchura de los hombros y alineadas con estos y baja y sube el pecho manteniendo las piernas estiradas.

Zancadas (2 series / 14 repeticiones)

¡Uno de los ejercicios más completos! Ponte en una posición de semi-cuclillas con las manos en la cadera y adelanta alternativamente una pierna y luego la otra. La pierna adelantada nunca debe superar el ángulo de 90º y el talón de la pierna desplazada no debe despegarse del suelo.

Fondos de tríceps (3 series / 12 repeticiones)

Para este ejercicio necesitarás la ayuda de una silla. Coloca las manos en la silla y separa los pies para bajar la cadera una y otra vez flexionando los codos.

Elevaciones laterales de brazos (3 series / 15 repeticiones)

Ponte recto/a y levanta ambos brazos con peso en cada mano. Si no tienes unas mancuernas basta con unas botellas, unos paquetes o cualquier otro peso.

Patada al glúteo (3 series / 15 repeticiones)

Ponte a cuatro patas con la espalda recta. Manteniendo las manos apoyadas, recoge la rodilla hacia el pecho y seguidamente estira la pierna hacia atrás, ejerciendo la fuerza con los músculos del glúteo. Repite este movimiento sin llegar a apoyar de nuevo la rodilla en el suelo en cada repetición.

Abdominales (2 series / 20 repeticiones)

Si quieres puedes hacer los abdominales tradicionales: tumbado en el suelo con las piernas flexionadas, colocando las manos detrás de la cabeza y elevando la cabeza hacia las rodillas. Sin embarco, si realizas «la bicicleta», serán mucho más completos. Solo tienes que elevar las rodillas e imitar el pedaleo de una bicicleta y tocar la rodilla izquierda con el codo derecho y luego la derecha con el izquierdo.

Estiramientos

¡Importantísimo estirar después de cada entrenamiento! Así, acabarás más relajado/a y evitarás lesiones.

Si quieres que tu entrenamiento sea aún más completo, puedes correr o montar en bici durante unos 10 minutos antes de comenzar la rutina de ejercicios.

Si lo que necesitas son argumentos efectivos para empezar a moverte, verte y sentirte mejor… ¡Tenemos miles! Eliminarás el estrés y la ansiedad, aumentará tu autoestima, tendrás una salud mejor, tus músculos y tu corazón rejuvenecerán… Y, además, ¡tu vida sexual mejorará! ¿Aún tienes pereza? ¡A por ello!

¿Alguna vez tu pareja se ha negado a usar preservativo utilizando el pretexto de que no siente nada o que es alérgico/a al látex? Aquí te contamos algunos de los mitos sobre el condón para que a partir de ahora toméis la decisión con algo más de información.

Con preservativo no se siente igual

Seguramente este es el mito más popular y, aunque es cierto que al usar preservativo se pierde un poco de sensibilidad (¡Solo un poco, no toda!), la nueva tecnología nos ofrece preservativos realmente delgados y texturizados. Por ejemplo, el mínimo grosor de nuestros ON Ultra Fino permite sentir de la forma más natural.

El preservativo irrita

Ser alérgico al látex o sufrir irritaciones o molestias no deben convertirse en excusas para no usar preservativo. Hoy en día existen preservativos sin látex o preservativos lubricados con aloe que proporcionan la máxima suavidad.

El preservativo no es el mejor método anticonceptivo

¡¡¡Falso!!! Una de las pocas cosas que pueden darnos tranquilidad en nuestra vida sexual es el uso del preservativo. No solo es un anticonceptivo muy muy muy seguro sino que, además, nos protege frente a las enfermedades de transmisión sexual (ETS), cosa que no hacen otros métodos.

Dos preservativos mejor que uno

Mucha gente piensa que ponerse un preservativo sobre otro protege mejor. Sin embargo, usar doble preservativo no contribuye a tener mayor protección, sino todo lo contrario: la fricción de los dos puede provocar que ambos se rompan.

Los hombres son los encargados de llevar siempre consigo un preservativo

¡Totalmente falso! Protegerse durante las relaciones sexuales es responsabilidad tanto del hombre como de la mujer, por lo que tanto hombres como mujeres deberían llevar siempre encima algún preservativo en buen estado.

El preservativo es solo para relaciones esporádicas y casuales

¡Error! El uso del preservativo en todas y cada una de las prácticas sexuales es un hábito que hace que la vida sexual sea responsable y saludable. De hecho, muchas parejas monógamas y casadas usan este método como anticonceptivo por distintas razones: es barato y práctico, no altera hormonalmente, etc.

Que mi pareja me pida que use preservativo significa que no confía en mí

Que tu pareja te pida que utilicéis preservativo en vuestras relaciones solo significa compromiso y respeto por su salud y la tuya. No significa falta de confianza, al revés, confía en ti lo suficiente como para pedirte que os cuidéis mutuamente.

Hay que inflar el preservativo para ver si no está dañado

Todos los preservativos pasan por controles de calidad, por lo que al manipularlo puedes romperlo o contaminarlo con bacterias.

Si no han eyaculado, se puede volver a usar el preservativo

¡Nunca!  El preservativo solo se usa una vez, ya que, cuando se usa, la fricción de la relación sexual lo debilita y su efectividad disminuye.

El preservativo promueve la infidelidad

Los infieles promueven la infidelidad, no los preservativos. La selección de un método anticonceptivo u otro no afecta a las conductas sexuales de los individuos.

Ahora que tienes algo más de información, recuerda: en tus relaciones sexuales… ¡Ponte preservativo, ponte ON!

Seguro que muchas veces has bromeado con que el sexo cuenta como deporte porque quema muchas calorías. Pues bien, ¡estabas en lo cierto!

Según un estudio realizado por un grupo de investigadores canadienses, las mujeres queman una media de 3,1 calorías por minuto mientras practican sexo (7,1 mientras corren en una cinta) y su nivel de intensidad mientras hacen el amor casi se equipara al que alcanzan haciendo ejercicio. Por ejemplo, el gasto energético de una relación sexual suave y tranquila, sin sobresaltos ni tensiones añadidas, equivale a trotar un kilómetro o hacer 15 minutos de bici estática a un ritmo moderado.

Por tanto, aunque la intensidad no es lo suficientemente alta como para poder sustituir el deporte tradicional por el sexo, es un buen complemento para nuestro ejercicio habitual.

De los beneficios que nos aporta el «deporte sexual», los más significativos son:

• Quema calorías y tonifica los músculos
• Activa la circulación
• Estabiliza la presión arterial
• Mejora el estado de ánimo
• Mejora la función respiratoria

Moraleja: hacer ejercicio físico es muy bueno, y si lo que hacemos nos lleva a obtener placer, mucho mejor. Además de todos los beneficios del sexo para nuestra salud física y emocional, el sexo también nos pone en forma. ¡Un poco de deporte y bastante sexo y estarás en plena forma! Merece la pena probarlo, ¿no?