vida en pareja

Claves para mantener una pareja

Si existiera una fórmula magistral para mantener una pareja estable, estaría patentada y su coste sería muy alto. Desgraciadamente, esto no existe. La estabilidad de una pareja depende de multitud de factores y muchos de ellos son absolutamente impredecibles. El carácter particular de cada miembro, las circunstancias sociales, los imprevistos cotidianos son variables y muy difícilmente anticipables.

Pero sí que se puede intentar en alguna de estas variables, influir de un modo positivo para que la pareja tenga más posibilidades de perdurar. Cuando las parejas comienzan, es todo siempre más fácil, no se aprecian los defectos y la visión sobre el otro  siempre es positiva. El problema surge con el tiempo, cuando la monotonía y la rutina diaria hacen que tengamos una visión menos positiva de los conflictos. Es aquí donde tenemos aplicar estos consejos:

  • Mantener un buen nivel de autonomía y autoestima: El exceso de dependencia hacia el otro hace que nuestra autoestima disminuya. Son dos conceptos íntimamente relacionados. Hay que mantener actividades individuales que nos mejoren como personas para así poder dar lo mejor de nosotros mismos en nuestras relaciones personales.
  • Sinceridad: Es la palabra clave. Muéstrale a tu pareja exactamente como eres, verbaliza todo aquello que te agrada y lo que no, expresa siempre tus sentimientos. Porque todo aquello que te guardes se enquistará y hará que la relación termine pesando. Pero también y mucho más importante es todo lo positivo. Ayudará a reforzar aquello que suma y crearás en tu pareja un sentimiento de autoestima muy positivo para cualquier relación. Besa, acaricia y abraza siempre que puedas.
  • Empatiza: Es muy fácil juzgar desde fuera las actitudes de los demás pero muy pocas personas son capaces de ponerse en su lugar para tratar de entender sus reacciones. En este caso descubrirás que muchas de las cosas que te molestan pueden estar justificadas y que incluso muchas de ellas las harías tú en su lugar. Esta actitud funciona en todos los aspectos de las relaciones personales. Intentar no juzgar constantemente a los demás y ponernos en su lugar te hará entender muchas más cosas de las que imaginas.
  • Mantener proyectos comunes: Luchar por conseguir un objetivo común ayuda a mantener la unión entre ambos. Remar todos hacia un mismo propósito consiste en esforzarse por un bien común, consensuar decisiones y superar  las dificultades para conseguirlo. Tener metas que cumplir aumenta la ilusión de los individuos y todo aquello que mejora de modo individual repercute de un modo positivo en la relación de pareja.
  • Mantener las relaciones sociales: Centrarse solo en la pareja y olvidar o descuidar las demás relaciones sociales hará que inevitablemente lleguemos al aburrimiento y la monotonía. Necesitamos interactuar con otros individuos que enriquezcan nuestras experiencias.

Aceptar los errores de los demás, las muestras de cariño frecuentes, expresar siempre nuestros sentimientos, disfrutar de los amigos comunes e individuales, la lealtad, la ayuda y el apoyo en los momentos difíciles, y apoyarse en los objetivos comunes son las claves para mantener las relaciones de pareja como el primer día.

Nadie dijo que fuera fácil, pero merece la pena el esfuerzo si consigues de este modo compartir la vida con alguien que te complementa y donde las recompensas serán mayores que los esfuerzos.

 

La importancia del espacio personal en la pareja

En ocasiones las relaciones de pareja crean un lazo entre ambos que se asemeja más a una cadena que a una unión que se complementa.  La línea que separa esa unión es frágil, de fácil confusión y donde rápidamente podemos pasar de un lado a otro.

Cuando dos personas deciden formar una pareja, se construye una unión en la que se complementan los deseos, inspiraciones  y necesidades del momento. Pero todos estos factores van sufriendo cambios a lo largo de la vida.  Es por ello que si no conseguimos las variaciones que van surgiendo, pueden convertirse en un lastre para el desarrollo individual o conjunto de los miembros.

Todos tenemos un proyecto de vida previo a relacionarnos en pareja y aunque existe la necesidad de adaptarlo a la vida en común, no se puede ni se debe renunciar al espacio personal puesto que es uno de los pilares fundamentales del buen funcionamiento de cualquier tipo de relación.

No se trata de cerrarse a la idea de la renuncia de ninguna de nuestras metas, sino más bien de adaptarlas y acoplarlas a las de la persona con quien queremos compartirlas. Siempre tenemos expectativas irrenunciables. Pero estas normalmente no suelen generar conflicto dado que  son la base en la que nos centramos a la hora de elegir acompañante. Son más bien las pequeñas cosas en las que comienzan las complicaciones. Los pasos básicos en los que centrarte para conseguir el equilibrio son:

  • Siempre hay que ponerse en el lugar del otro y pensar que no solo nosotros mismos tenemos aspiraciones sino que la pareja tiene también, como ser humano, sus preferencias. Empatizar es la clave.
  • Quiere lo mismo para ambos. No puedes pedir a la pareja un espacio personal si tú mismo no estás dispuesto a darlo.
  • Para hacer feliz a los demás lo principal es ser feliz uno mismo. Dedicar un tiempo para ti, como individuo, es positivo para ambos. No caigas en el error de creer que esto es un acto egoísta, sino más bien se trata de  disfrutar de ti mismo para poder dar así  la mejor de tus versiones.
  • Aprende a encontrar el equilibrio. Dependerá de ti y de tu pareja encontrar el acuerdo entre el tiempo dedicado a ti mismo y el que dedicas a tu pareja. No desequilibres la balanza hacia ningún lado puesto que crearas conflictos.
  • Los objetivos de cada uno, no se trata de conseguirlos juntos, sino de acompañarse en el camino para llegar hasta ellos.
  • Ambos debéis estar al mismo nivel, porque si uno está dispuesto a ceder más que otro, se creara una dependencia emocional en la que uno se convertirá en la sombra del otro, cargando así con la culpa y la baja autoestima.

Se trata como ves de acordar, acompañar, respetar y sobre todo disfrutar de uno mismo para poder así dar lo mejor de ti.

La pareja perfecta no existe pero la carrera para aproximarse a ella se convierte en una aventura fascinante, no te rindas, merece la pena.

 

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    Los cinco problemas de pareja más frecuentes y cómo solucionarlos.

Los cinco problemas de pareja más frecuentes y cómo solucionarlos.

La pareja perfecta solo existe en los cuentos. Todas las parejas de una manera u otra tienen dificultades en algún aspecto de su vida. Y eso no es malo, lo importante es que la balanza esté siempre inclinada hacia el lado positivo. Por supuesto, tenemos que intentar solucionar o reducir los conflictos y el paso principal para ello, es saber reconocerlos. Te proponemos que sigas leyendo este artículo e identifiques cual es el que más se acerca al vuestro e intentar ponerle solución. La supervivencia de una pareja consiste en mantenerla viva constantemente, en luchar día a día por conservarla en el mejor estado.

¡No cometas el error de dejarlos pasar!, nunca se solucionan solos. Poner remedios tempranos favorece la convivencia. He aquí los problemas más frecuentes:

  • Pensamientos negativos: Consiste en presuponer en el otro lecturas de su comportamiento que no son reales. La decodificación de los mensajes que percibimos diariamente no es muchas veces la auténtica. Depende de nuestro estado de ánimo, de nuestra autoestima, de las circunstancias… Para ello lo mejor es preguntar claramente nuestras dudas, no presuponer nada de antemano, aprovechar la confianza para acercarnos a la realidad y no a nuestras imaginaciones.
  • Las tareas domésticas: Este es uno de los principales conflictos. No se trata de quien trabaja más o menos, de quien sabe mejor hacer las cosas, ni de quien esta más cansado. Lo ideal consiste en dividir las tareas de la casa y rotarlas cada cierto tiempo para que nadie se canse e implicar de forma justa y solidaria a todos los miembros de la casa.
  • La familia política: Es otra de las grandes fuentes de conflicto. Nunca caeremos bien a todo el mundo ni todo el mundo nos va a agradar a nosotros. Tu pareja es lo importante, relativiza tus incomodidades, olvida lo que no merezca la pena, y piensa siempre que a esas personas, tu pareja las quiere como tú a las tuyas. Tampoco intentes siempre defender a tu familia ante todo. Empatiza y comprende que le hace a tu pareja sentirse así. No se trata de ganar sino de comprender la postura de todos.
  • Los celos: Como todo en su justa medida puede ser hasta gratificante. El hecho de que a tu pareja no le agrade verte con algún “competidor” puede ser positivo en cuanto a percibir que le importas, pero cuando pasa a ser controlador, asfixiante e insoportable, estamos hablando de un comportamiento patológico y altamente destructivo. Tiene mucho que ver con la inseguridad. Tratar de hacerle entender al otro que no tiene por qué temer puede arreglarlo pero en ocasiones es tan intensa que requiere ayuda profesional. No dudes un momento en ponerle solución, porque suele derivar en otros problemas de mas gravedad si no se trata a tiempo.
  • Insatisfacción sexual: La falta de comunicación es la causa fundamental de este problema. Desear algo que no tienes, que no te guste algo que practicas… todo se soluciona hablando con tu pareja e indicándole tus preferencias. Adaptarse el uno al otro no es difícil. En los casos en los que no es posible llegar a un acuerdo, siempre se puede recurrir a la ayuda de un profesional que os ayudara a disfrutar de una vida sexual plena para ambos.

Son muchos y variados los problemas que pueden surgir en una pareja. Pero las claves para mantener una relación son la comunicación y la empatía. Basándote en estos conceptos las dificultades se sobrellevan más fácilmente. Recurre a un profesional siempre que no seas capaz de solucionarlo.  Todo consiste en las ganas de conservar lo que tienes.

Y ya sabes, ¡ponte ON!