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Consejos para avivar el deseo sexual

En las relaciones esporádicas el deseo hacia la novedad nos hace enfrentarnos a ellas de una manera muy positiva. Lo único negativo de estos casos es que la falta de conocimiento el uno del otro puede hacer que la relación no resulte tan satisfactoria como previamente pensamos.

Sin embargo en las relaciones estables, el conocimiento de los gustos entre la pareja hace que sea más fácil conseguir el objetivo deseado. Pero el problema es que la rutina hace que el deseo disminuya y perjudique seriamente la relación.

Para que esto no ocurra, te proponemos una serie de consejos y te invitamos a trabajar para que tu deseo sexual se avive.  Piensa que en cualquier relación de pareja, las relaciones íntimas, independientemente del grado de importancia que cada individuo les dé, son de vital importancia para que la pareja funcione. Porque aumentando el deseo y sumando los conocimientos que tienes de tu pareja, harás que los encuentros sean altamente gratificantes. Así que no pierdas tiempo y ponte a trabajar en ello,

  • No pongas horarios: El sexo no tiene que ser programado, sorprende a tu pareja a cualquier hora del día.
  • Usar roles: Inventar historias donde sois personas diferentes que tienen un encuentro casual.
  • Cambia de ubicación: No siempre el sexo tiene que realizarse en la cama. Prueba a hacerlo en diferentes lugares, incluso si tienes ocasión fuera de los espacios establecidos.
  • Caricias: Acaríciense sin ningún objetivo. No siempre el fin tiene que ser llegar al clímax. Acariciarse en zonas erógenas con el único objetivo de sentir placer hace avivar el deseo en nuestra pareja.
  • Dale protagonismo: Dedica una ocasión a proporcionar placer únicamente a tu pareja olvidándote de ti. Y alternad otro día en este objetivo. Esto hace que conozcamos mejor a nuestra pareja y el placer obtenido cuando no tenemos que pensar en el otro es mucho más placentero.
  • Aspecto personal: Cuida la imagen interior y el aspecto físico. Una buena lencería, un perfume, hacen que veamos a nuestra pareja con otros ojos. No te descuides.
  • Varía la intensidad: No siempre tiene que ser extremadamente intenso ni largo en el tiempo. En ocasiones uno “rápido” olvidándose de preliminares puede ser altamente gratificante.
  • Regálale el oído: Excita a tu pareja fuera de casa anunciándole lo que quieres hacerle cuando llegues.
  • Fomenta su autoestima: Alaba a tu pareja en el aspecto físico. Dile frecuentemente lo guap@ que esta, lo bien que le sientan las cosas, etc. Si aumentas su autoestima hará que el deseo hacia ti sea mayor.

Estas son unas pautas, pero la clave es salirse de la rutina, hacer que las relaciones sexuales no se centren siempre en lo mismo ni con el mismo objetivo y hacer que tu pareja se sienta deseada. Cumpliendo estas premisas y utilizando la imaginación, cada uno puede hacer e inventar según sus gustos personales todo aquello que le ayude. A qué esperas? ¡Ponte ON!

¿En qué consiste la sensualidad?

¿Nunca te has preguntado por qué existen personas que sin poseer los cánones de belleza establecidos te resultan extremadamente atractivas? ¿Y que si te preguntaran qué ves en ellas para provocar en ti esas sensaciones no sabrías explicarte?

Existen muchas definiciones de sensualidad, pero lo cierto es que es una de las características humanas más difíciles de definir de un modo literal. Tan solo sabemos  que está altamente ligada a los sentidos y a las sensaciones que provoca y de  ahí viene  su nombre.

Si preguntas a varias personas qué es la sensualidad, posiblemente las definiciones se parezcan. Pero si pruebas a preguntar qué tiene que tener otro individuo para que lo definan como sensual y qué sensaciones les provocan, encontraras ahí que es un concepto totalmente subjetivo.

La sensualidad es una característica de la personalidad como cualquier otra, se nace con ella y son las experiencias de la vida las que pueden hacer que se potencie o desaparezca. No es nada físico, que se palpe, sino más bien un cúmulo de actitudes que provocan  múltiples sensaciones en la persona que las recibe. Todas ellas de carácter sexual en mayor o menor grado, atracción, interés, excitación…

La sensualidad es un talento, un don, un arte.

Todo el mundo puede ser sensual en determinados situaciones si se lo propone, pero la verdadera sensualidad es aquella que no se provoca, que está permanentemente a la vista de cualquiera, en las situaciones cotidianas. Es una fórmula alquímica de gestos y movimientos, como  la forma de moverse, de pedir un café, un tono de voz, una forma de mirar, tocarse el pelo, morderse el labio,  una sonrisa, un gesto…

La sensualidad va íntimamente relacionada con la seguridad en uno mismo. Nada tiene que ver con el físico de las personas pero sí con la aceptación de su sexualidad y el grado y la pasión con la que disfruta de ella. Y quizás en todo esto radica su atractivo.

Todo empieza por uno mismo. Fomenta tu seguridad personal, quiérete tal como eres. Hay elementos como el humor, la inteligencia y la picardía que resultan universalmente sensuales, y es que no todo está en el físico y la apariencia. Trabaja tu energía sexual y disfruta plenamente de ello.

Vive cada instante haciendo el amor con la vida.

¡¡¡Practica la sensualidad y diviértete!!!

Y recuerda, en tus relaciones siempre ¡¡PONTE ON!!