Independientemente de las estadísticas aseguran que la relación de pareja a nivel personal empeora durante las vacaciones, nada tiene que ver con el deseo sexual.

El disponer de más horas para compartir  con nuestra pareja tiene dos consecuencias. Por un lado puede ocurrir que surjan más puntos de choque dado que se dispone de más tiempo y concurren circunstancias menos corrientes que durante el día a día laboral. Pero también puede ocurrir el efecto contrario, disponer de más tiempo para dedicar el uno al otro sin las presiones de horarios, obligaciones y normas, hace que la relación de pareja se enriquezca.

A nivel sexual está claro que la falta de rutina, obligaciones y estrés, no hace sino favorecer  que los encuentros sexuales sean más numerosos y gratificantes.

Pero la vuelta al trabajo suele venir acompañada de lo que denominan “depresión postvacacional”, que no suele ser duradera en cuanto al tiempo pero sí que afecta, y mucho, al deseo sexual.  Aun así los psicólogos recomiendan la práctica de relaciones sexuales para la superación de esta etapa en el menor tiempo posible, puesto que se liberan hormonas que poseen un efecto positivo para la psique.

El cansancio físico producido tras la vuelta a la rutina también es un factor importante a la hora de la libido. El disponer de menos horas de descanso hace que prioricemos, en muchas ocasiones, el descanso a la actividad sexual. Pero la clave es no plantearse el sexo como una actividad física sino como un momento relajante que todos necesitamos en situaciones de estrés.

El masaje por ejemplo, es una técnica que despierta sensaciones y emociones que suavizan las dificultades.  Hacen que aparezca la ternura y sensualidad, las cuales,  pueden hacer recuperar la pasión en momentos donde el cansancio físico no nos deja plantearnos ningún tipo de actividad física.

La meditación diaria reduce los niveles de cortisol en sangre ayudando a reducir el estrés. Nos ayuda a focalizar la atención y a parar los pensamientos que nos distraen en las relaciones sexuales. A su vez, nos enseña a focalizar la atención en nuestras sensaciones y entregarnos al momento con mayor intensidad.

Así mismo la rutina apaga la libido, hay que redescubrir la sexualidad, como si cada día fuera distinto. Cambiar de ubicación, cambiar de momento, recurrir a la ayuda de juguetes sexuales. Las posibilidades son infinitas. Todo vale para salir de la monotonía en los encuentros sexuales.

¡Así que no te rindas a la rutina! Reinventa, y ponle remedio a la tan temida vuelta de vacaciones. El sexo es el mejor antídoto ante el estrés. ¿Le pones remedio?

Y recuerda, tus relaciones sexuales, siempre seguras. ¡Ponte ON!