Todo el mundo ha oído hablar del el sexo tántrico pero pocas personas conocen en qué se basa. Vamos explicar de una manera sencilla en qué consiste esta práctica.

Su origen se encuentra en el tantra, una filosofía de origen oriental y con una antigüedad de más de 4000 años. Su objetivo fundamental consiste en no tener como meta principal la eyaculación sino disfrutar de cada momento del sexo como si de un baile se tratara.

Utiliza la energía sexual para conseguir conectar con uno mismo mediante técnicas como el yoga y la meditación.

Existen cuatro llaves en esta corriente oriental necesarias para conseguir la plenitud personal y practicar el sexo tántrico:

  • Vivir el momento presente: Tenemos que disfrutar del sexo olvidándonos de todo lo demás. Si la mente no la tenemos al 100% en lo que estamos haciendo nunca disfrutaremos del momento plenamente.
  • Aceptar como es uno mismo y los demás: Lo hemos comentado muchas veces. La seguridad en uno mismo y la aceptación total de nuestra pareja nos hace disfrutar el sexo de una manera total. En el tantra la adoración de cada poro de nuestra pareja y de nosotros mismos es fundamental tanto en el sexo con pareja estable como en las relaciones esporádicas.
  • Movimiento armónico y fluido: Llegar a una danza con tu pareja, dejarse llevar el uno por el otro y que los movimientos fluyan.
  • Expresar lo que se siente: Expresar, del modo que cada uno elija, qué nos agrada y de qué manera, así como aquello que deseemos que nos hagan.

Como ves, las llaves del sexo tántrico son exactamente las mismas que necesita cualquier relación sexual convencional. Las bases son las mismas. Pero como llevarlo a cabo es sustancialmente diferente.

La respiración es uno de los pilares de esta práctica sexual. Como en el yoga, ayuda a llegar a la concentración de un modo más intenso. Conectarla con la de tu pareja para encontrarse en la misma sintonía es otra de las bases. Esta modalidad sexual no se basa en preliminares y la eyaculación como fin, sino en sentir, pedir, adorar a tu pareja, escuchar, recibir, en una danza sin tiempo en la que conseguir que las mujeres tengan el mayor numero de orgasmos posibles y el hombre aguante la eyaculación para alargar la relación en el tiempo.

Esto último lo consigue el hombre mediante la respiración, fortaleciendo la musculatura que rodea la pelvis y practicando mediante la masturbación, el conocimiento del punto de no retorno.

Según los últimos estudios médicos si esta técnica se realiza sin control puede llevar a la cronificacion de la eyaculación retardada e incluso a la pérdida de apetito sexual. Por ello hay que practicarla de forma responsable.

Cualquier técnica o método sexual que os agrade es positivo, siempre y cuando se practique de una forma medida y responsable. Compaginar y complementar diferentes prácticas sexuales siempre es interesante para las relaciones convencionales. Todo suma y el conocimiento es poder.

¡Disfruta del sexo! ¡Ponte ON!